La solida capa de
vida que rodea el corazón de la chica que admiro solo es una débil fisura en mi
corazón estrellado, una causa más del dolor. La locura del amor no es más que
una prolongación del dolor, un hechizo, una maldición que devora el alma, que
desecha la razón, el raciocinio se pierde en la viscosidad roja de la sangre
que derrama un corazón abierto. Te alimentas de mi carne y te bañas en mi sangre,
la saboreas con inusitado placer y yo te contemplo con el mismo placer diabólico
que enciende tus ojos y quema mi alma.
Los cielos se
estremecen las nubes derraman su frio liquido, los relámpagos cruzan sus
cuerpos, los truenos retumban en nuestros oídos, nos besamos bajo la lluvia
estrujamos nuestros labios con deliberada furia, el fuego arde, las carnes se
abren, muerdes mis labios hasta hacerlos sangrar, la sangre brota impacientemente
esperando fervorosamente el momento en el que sea acariciada por tu lengua, tu
lengua lame, prueba, saborea, el placer inunda tu expresión, el calor recorre
tu lengua por todo tu cuerpo y enciende tus labios, quema tu piel, incinera tu
cabeza, el deseo se acumula en tu espíritu, el peso desgarra el espíritu lo
hace trizas, revienta el mismísimo núcleo de todo lo que nos vuelve humanos,
perdemos nuestro humanismo, nos volvemos bestias, guiadas por instintos
primitivos, seres primordiales que buscan saciar un deseo primario irreprimible
y que vale cualquier costo que este nos pueda imponer.
Muerdes mi carne,
saboreas mi sangre, formo parte de ti y yo quiero formar parte de ti, arranco
tu blusa, la desgarro con fuerza bestial, con lujo de violencia, tu suave piel
es expuesta a las frías gotas y comienzo a saborearla, recorro con mi lengua
cada rincón que esta expuesto ante mi, me embriago con tu aroma, llego a un éxtasis
orgásmico al inundar con tu sabor mis papilas gustativas. Todo es un hervidero
de emociones salvajes, razonamientos perdidos, naturaleza resucitada, bestias,
monstruos despertados, demonios dormidos que salen de un letargo de miles de
eones. Las estrellas explotan, las galaxias caen en mil pedazos, el corazón acelera
su pulso, bombea sangre con velocidad estrepitosa, no conoce limite natural ni limite
autoimpuesto que detengan el impulso salvaje y sobrenatural que ahora mismo lo
empuja, ahora mismo es el musculo mas poderoso sobre la faz de la existencia, dispuesto
a arrojar la ultima gota del cálido liquido rojo que mantiene el constante
fluir de su vida, dispuesto a alimentar a la bestia que espera hambrienta para poder
devorar cada parte de su ser, dispuesto a calmar el hambre que por milenios a
acosado el interior de su alma y aquejado con un dolor agudo e insoportable el
interior de su corazón.
Mis manos
recorren tu piel, mis labios se enroscan con tu lengua, bebo del elixir de tu saliva,
intento devorarte entera, quiero fundirme con tu cuerpo, quiero grabar en piel
la sensación de tu existencia, sentir por la eternidad el tacto de tus manos
recorrer mi cuerpo, quiero abrir tu piel y sentir el calor de tu sangre,
extraer el ultimo aliento de esfuerzo, exhalar el ultimo suspiro, que mi ultimo
suspiro sea de placer, que mi muerte sea de agotamiento, que no pare hasta que
mis manos tengan llagas de tanto tocarte, que el sudor cubra nuestros cuerpos,
que el cansancio queme nuestros músculos, que nos cueste respirar, que nuestros
labios ardan a fuego vivo, que su nuevo color sea el morado. Quiero morir en
tus brazos, el sentimiento es mutuo y es
tan intenso que sabemos que no puede durar demasiado, nace en un instante de
forma tan violenta como el nacimiento del propio universo, todo se consume en
un instante, todo nace a partir de la nada de una forma tan violenta que ningún
ser puede contener la energía explosiva que rompe cualquier muro, cadena,
fortaleza o mascara que se le ponga en frente, todo por el todo, no hay vuelta,
no hay tiempo de pensar, el instinto es mas rápido que la razón y no hay penas
en morir joven cuando mueres en los brazos de la pasión.