Miedo, eso es lo
que siento, miedo, miedo del día, del sol y su brillante luz, miedo del canto
de los pájaros, miedo del verde de los arboles, miedo de las sonrisas que cuelgan
en las personas felices, miedo de que se acerquen y vean mi miedo, por eso
camino con un caparazón sobre mi, choco con los demás caparazones que me rodean
pero yo no saco la cabeza, me mantengo escondido y por lo tanto camino ciego,
tropiezo, me caigo y me lastimo, me levanto vuelvo a andar por un camino oscuro
caminando a tientas, oliendo cada tortuga que se acerca a mi, sintiendo solo la
superficie de su caparazón, si me gusta camino a su lado por un rato, siento su
superficie con mis manos , comienzo a explorar cada palmo, cada rincón, doy
pequeños golpes y escucho la resonancia que produce el eco, veo que partes son
blandas y que partes son duras, siento la textura, cada borde, cada pequeño
canal que unen las distintas piezas del caparazón, la estudio minuciosamente
hasta que me aburro de la superficialidad que adornan los caparazones, una vez
que conozco muy bien un caparazón puedo ser capaz de romperlo, pero no lo hago,
no quiero ver al ser que habita dentro del caparazón, le tengo miedo, pues una
vez que vea al ser desnudo este
intentara desnudarme, y huyo, vuelvo a dar trompicones en las oscuridad.
La oscuridad se
ha vuelto mi mejor amiga, muchas veces he esperado por la noche y busco un
pequeño rincón donde no llegue la luz de las farolas ni de la luna, me meto
cuidadosamente en ese rincón, cierro los ojos y contemplo la oscuridad, en ella encuentro
paz, me recuerda a la nada y en la nada no siento, no veo nada, no oigo nada y
sin estimulo alguno pronto comienzo a dejar de pensar y el tiempo comienza
fluir de manera extraña, se estira, se dilata, se expande, se detiene, el
tiempo deja de correr y me siento en un espacio y tiempo distinto, me
transporto a un lugar distinto de la realidad, una realidad paralela en la que me
siento a gusto, donde solo existe la existencia, me dejo llevar por un flujo
distinto al de la vida común y corriente, un flujo que solo existe en la nada,
un flujo de naturaleza incierta, tal vez sea mi propio flujo el que mantiene el
palpitar de mi corazón o puede que sea el fluir del espacio vacío y que solo
puede ser sentido una vez que tu propia existencia se fusiona con la nada.
Permanezco de esta forma toda la noche, es una especie de sueño vació, aunque
realmente no he dormido no me siento
cansado, me siento fresco, relajado y listo para afrontar una vez mas el peso
de la vida, un peso que cada vez me parece que crece mas.
Mientras camino a
ciegas, pienso que vivo en un mundo de oscuridad que me angustia y duermo en
una oscuridad que me reconforta, ¿Cual es la diferencia? ¿Los demás caparazones?
Puede ser, tal vez sea la simple realidad cuyo peso para modificarla es
demasiado, ¿Por qué pesa tanto? ¿Es por que soy débil? Y si lo soy ¿Cómo me
hago más fuerte? ¿Que ejercicio debo realizar? ¿Que músculos debo ejercitar? ¿Cómo
se vuelve fuerte el espíritu? Las mismas preguntas y las mismas respuestas de
siempre, tal vez pienso demasiado, tal vez mi conciencia es la culpable, tal
vez calle la voz de la conciencia, tal vez… solo tal vez… solo hay esperanzas
vagas, no se pueden encontrar las respuestas en un libro que no entiendes,
necesitas leer el libro hasta entenderlo, pero seria mas fácil que alguien te
lo explicara… pero solo un ser desnudo y que te ha visto desnudo puede hacer
tal cosa.
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