lunes, 26 de marzo de 2012

Reflexiones sobre la almohada



En una habitación, de una casa, de una familia de clase media, duerme sobre su cama una chica hermosa de piel clara y cabello oscuro, tendrá entre 18 y 20 años. No hay ventanas y la habitación esta totalmente a oscuras, así que no podemos saber ni intuir de alguna manera la hora, puede que este durmiendo sus horas normales de sueño como también puede que este durmiendo una simple siesta. El asunto es que esta durmiendo profundamente recostada sobre su hombro derecho, con la cabeza sobre una almohada de plumas de ganso tan blanca como el jabón neutro recién comprado.

En apariencia tiene una piel hermosa, y la tiene, una piel suave, tersa, al parecer sin imperfecciones, pero si comenzamos a acercarnos poco a poco a su piel, nos acercamos tanto como se acercaría un microscopio electrónico, podemos ver el mundo microscópico donde el órgano mas grande del ser humano pierde su forma humana y se convierte en un amasijo amorfo de células muertas tan grande y basto como un desierto inmenso de proporciones cósmicas. Con esta nueva perspectiva podemos ver cada detalle de la piel cada hendidura, cada línea perfectamente trazada que traza la frontera entre una célula y otra, podemos contemplar los poros como inmensos ojos vacíos de profundidad inimaginable, podemos ver las imperfecciones que se trazan como rasguños gigantescos que abarcan varias células y sobre todo podemos ver escamas de piel que están apunto de desprenderse de la demás piel muerta, son como hojas secas en otoño, literalmente, tanto en forma como en color, hojas amontonadas una sobre otra que al menor movimiento caen de repente como si un impulso de espontaneidad las hubiera embriagado y decidieran tirarse al vacío sin mas.

Las escamas de piel muerta caen lentamente en la oscuridad, recorren un largo camino desde su mejilla de origen hasta la blanca almohada donde se encuentran dos ácaros rechonchos sentados, el uno junto al otro, en una de las fibras blancas que tejen la almohada blanca. Los dos son amigos desde que tienen memoria y están ahí sentados esperando que una escama les caiga en la cabeza para poder comer. Platican afablemente sobre las recién llegadas acaras extranjeras que venían a lomos de la nueva mascota de la familia. Sobre eso hablaban cuando de repente uno de ellos sintió un golpe en la cabeza, era una escama de un tamaño considerable, la tomo entre sus patas y la partió a la mitad, le entrego la mitad a su compañero, este le dio las gracias  y comenzaron a comer piel muerta. Entre mordiscos y con la boca llena de comida uno de ellos comento.
– Hoy tiene un sabor extraño, ¿no crees? –

– Si, parece que volvió a cambiar de crema –

– Si, eso parece, me gustaba la anterior, sabor coco con un ligero toque de canela –

Si, era buena – y le da otro mordico a la escama saboreándola con mas atención – realmente tiene un sabor extraño nada que haya probado hasta ahora.

El otro acaro también saborea su porción – Pues no se tiene un sabor dulzón-picante-amargoso que me recuerda aquella tarde en que la chica se tiño el pelo, recuerdas, durante una semana la comida apesto a amoniaco –

– ¡Oh! si, como olvidarlo, fue una semana horrible – y vuelve a darle un mordisco – aunque…, no sabe tan mal sabes, a mi me recuerda al día en que volvió de la playa toda quemada, la comida estaba tostada y crujiente, sabia deliciosa y cuando comenzó a despellejarse tuvimos comida para reventar durante semanas.

– ¡Si!, fue una gran temporada, pero a mi no me sabe también, es mas como una sensación tranquila, relajante pero pasajera, nada del otro mundo –

–  Recuerdas aquella vez que le dio por hacer sus propias cremas, la  crema de nopal con papa era particularmente extraña, no era desagradable, pero su sabor era inclasificable, no sabias si era buena o mala, era algo extraño sabes, no saber si te gusta algo o no, hasta que tu me dijiste que sabia a la sensación que tienes cada vez que tu novia te rasca la espalda con sus tenazas, entonces pensé enserio sabe también y a partir de aquel momento, mientras saboreaba la comida, mas me parecía que tenias razón hasta que termino por encantarme, pero y si me hubieras dicho que sabia tan mal como las cacas de mosca en verano ¿Aquel nuevo sabor me hubiera disgustado tanto como a ti? –

– Estas insinuando que tengo una especie de superpoder de persuasión –

– Claro que no, estoy diciendo que, tal vez, ante la indecisión mi inconciente tomo tu idea como valida y yo poco a poco la fui aceptando como verdadera, es decir, que la idea que yo tenia de que aquel trozo de piel supiera tan bien fue injertada en mi cerebro por ti y no nació por si misma espontáneamente en el interior  de mi conciencia –

– Oye no crees que me estas dando demasiado poder, como puedo influir de tal manera en tu forma de pensar –

– y ¿Por qué no puede ser?, no me refiero solo a ti, si no en general, que tal si las ideas de los demás influencian directamente a las personas que los rodean sin que ellos mismos se den cuenta y en consecuencia toman acciones que creen son suyas pero en realidad son de otras personas, lo que significa que nuestras acciones son el designio de otras personas y no de nuestra propia voluntad, lo que nos lleva a decir que el libre albedrío es una simple ilusión –

– Ooookay, te estas poniendo paranoico otravez, y ya sabes lo que pasa cuando te pones paranoico –

– Si, me sube la presión. Pero no puede evitarlo cada vez que una idea llama mi atención comienzo a darle vueltas y más vueltas, hasta que se enreda completamente en mi cabeza y ya no puedo sacarla –

– Bueno talvez no deberías darle tantas vueltas a las cosas, debe ser desgastante además de que yo no le veo mucha utilidad que digamos, porque no te relajas y disfrutas de las cosas, que necesidad hay de buscarle los porqués a cada cosa, es una búsqueda frustrante y sin final, comprender porque se cae la piel no te ayudara a disfrutar mas de tu comida, así como no te ayudo a superar tu miedo a las pulgas el saber que estas se alimenta de sangre perforando la piel con unos enormes tubos –

– Si, tal vez tengas razón, ahora le tengo mas miedo a las pulgas. Creo que mejor me relajare y disfrutare de la vida comiendo este pedazo de piel muerta de sabor extraño –

– Eso es, comamos tranquilamente, contemplando en toda su extensión los curvilíneos bordes que se dibujan en la superficie inmensa de la almohada en la que vivimos, a que el paisaje es hermoso ¿no es cierto? –

– Si, lo es –

Y los dos ácaros se quedan en silencio contemplando el mar de tela de color blanco que conforma todo su universo, es como un desierto inabarcable con dunas enormes que se alzan sobre toda la superficie, es un paisaje intimidante y tranquilizante a la vez, ciertamente es hermoso.

De pronto uno de los ácaros cambia de expresión, la típica expresión que ponemos cuando se nos ocurre una idea obvia, pero que nos sorprende por su naturaleza de ser obvia.

Gira su cabeza y le dice a su compañero, con una voz marcada por la ironía.

– Te das cuenta de lo que acaba de pasar, ¿Verdad? –

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